El contacto con los animales es beneficioso para el
desarrollo y la educación infantil, ya que su efecto relajante y tranquilizador
puede ayudar a crear un ambiente de trabajo y estudio facilitador de experiencias
y aprendizajes. El vínculo que se crea con el animal, tiene efectos positivos
en el nivel de confianza del individuo.
La autoconfianza puede desarrollarse, ya que el alumno
no se siente sometido a un constante juicio como ocurre con los educadores
tradicionales, que suelen basar el proceso de enseñanza-aprendizaje atendiendo
a la detección de errores y su corrección inmediata. La interacción con el
animal, permite centrar el proceso en la oportunidad de aprendizajes dejando de
tener tanta importancia el error y dando mayores oportunidades de experimentación
para llegar a descubrir lo correcto, sin presiones frustrantes innecesarias.
Por
ejemplo, un 42% de persones encuestadas en un estudio (Melson, 2000,
pág. 377)
contestaron que cuando necesitan expresar tristeza o confesar un secreto lo
hacen con su mascota, lo que hace que esto sea así es la proporción de seguridad
que las mascotas ofrecen. Esta sensación de seguridad es muy necesaria para el
correcto desarrollo infantil, por lo que este aspecto supone una nueva ventaja
al uso de animales en programas educativos. Pero no solo es beneficioso para
los niños, sino que también lo es para personas de cualquier edad.
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Cueva de los perros. Zarza-Capilla (Badajoz) |
En la naturaleza existen 6 tipos principales de relaciones
entre especies que se resumen en el siguiente cuadro.
Tabla 1. Tipos de relaciones entre especies[1]
Entendiendo que el ser humano es capaz de participar en los
seis tipos de relaciones, es razonable pensar la necesidad de desarrollar
habilidades y competencias relacionadas con la capacidad de interactuar con el
resto de especies del planeta.

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