La educación ambiental surge aproximadamente hacia los años
60-70 del pasado siglo. Se considera que la
primera recomendación a escala internacional en la que se manifiesta la
necesidad de utilizar la herramienta educativa como respuesta a la problemática
ambiental es la Declaración sobre el Medio Humano, documento final surgido de
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Palés, 2012, pág. 9) celebrada en
Estocolmo en 1972. Se puede considerar esta conferencia como el punto de
partida de un conjunto de conferencias y reuniones internacionales con el
objetivo de desarrollar y definir el concepto que nos ocupa.
Donde posiblemente se ha definido más
claramente los objetivos de la educación ambiental ha sido en el Seminario
Internacional de Educación Ambiental celebrado en Belgrado en 1975,
(Palés, 2012,
pág. 9)
del cual surgió la Declaración de las Naciones Unidas para un Nuevo Orden
Económico Internacional, cuyo objetivo es promover un nuevo concepto de
desarrollo humano, que tenga en cuenta la satisfacción de las necesidades de
todas las especies de la Tierra, a partir del equilibrio y la armonía entre el
ser humano y el medio ambiente
para
universalizar una ética más humana (UNESCO, 1995) con la finalidad de erradicar las
causas básicas que provocan la pobreza, las desigualdades sociales, el
analfabetismo, la contaminación y la explotación masiva de los recursos
naturales. Los participantes en el seminario, llegan a la conclusión de que es
absolutamente de vital importancia, que los ciudadanos del mundo apoyen medidas
que promueven un crecimiento económico que no tenga repercusiones
perjudiciales, para el medio ambiente y para las personas. Los objetivos que se
plantea dentro de la educación ambiental son los siguientes:
- -
Toma de conciencia
- -
Adquisición de conocimientos
- -
Adquisición de actitudes y aptitudes
- -
Adquisición de capacidad de evaluación y
participación

Más tarde se celebra en Rio de Janeiro la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992, este acto es
destacable porque supone un cambio en el planteamiento de la educación
ambiental, al introducirse los conceptos de globalización planetaria ambiental
y el de desarrollo sostenible.
De hecho,
en los últimos tiempos, se ha empezado a sustituir el término educación
ambiental por el de educación para la sostenibilidad. (Palés, 2012, pág. 12) Fruto de esta
nueva concepción globalizada y a la proliferación de nuevas tecnologías
digitales, se ha creado
un ambiente
propicio para el desarrollo de estrategias globales de educación ambiental,
basadas en planteamientos sostenibles, en la participación ciudadana y en la acción
en favor del medio ambiente.
(Palés, 2012, pág. 12) Así pues en el VI
Programa de acción ambiental 2001-2010 de la Unión Europea, se insta a la
importancia de la participación y la acción en favor de la sostenibilidad
ambiental. Por otra parte, la Asamblea de las Naciones Unidas ha declarado el
periodo 2005-2014 como el Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para
el Desarrollo Sostenible, desde donde se pretende fomentar que los gobiernos de
todo el mundo, promuevan estrategias y planes de acción relativos a la
educación ambiental. Por último, los países de la UNESCO han declarado la
década actual (2011-2020) como la década de la Biodiversidad, a causa del grave
impacto humano en los ecosistemas que ha degradado preocupantemente los
entornos naturales tanto a nivel local como mundial. Por ello es necesario una
actuación que incluya factores de desarrollo económicos, culturales y sociales
sostenibles con el medio ambiente.
(UNESCO, 2014) Por tanto
los
programas de educación ambiental deben considerar el ambiente en su totalidad,
teniendo en cuenta lo natural, lo creado por el hombre, lo ecológico y lo
económico, además de lo social, lo legislativo, lo cultural y lo estético. Por
otra parte la educación debe ser entendida como un proceso continuo y
permanente a lo largo de la vida que se desarrolla tanto dentro como fuera de
la escuela.

La educación ambiental, debe adoptar una metodología
interdisciplinar y enfatizar en la participación activa para la prevención y la
solución de problemas ambientales. De manera que se promueva la cooperación a
nivel local, nacional e internacional en
favor de la solución de los problemas ambientales que padecemos en la
actualidad.
La Educación Ambiental no
se limita a la enseñanza de la Ecología, sino que constituye ante todo una
«educación», destinada a suscitar comportamientos y transmitir valores; por
ello no puede llevarse a cabo en el marco de una disciplina única. (Esteban Ibáñez, 2014) El hecho de que
para poder analizar los problemas medioambientales y proponer soluciones, se
necesitan conocimientos relacionados con diversas disciplinas; no permite que
la educación ambiental se pueda realizar por un único docente, y debe implicar
equipos interdisciplinares.
Es adecuado diseñar un
proceso de acercamiento y conocimiento, análisis y reflexión de los chicos y
adultos sobre el medio natural y social, que permita potenciar las actitudes de
respeto hacia el medio ambiente, la implicación personal en la búsqueda de
soluciones creativas a problemas que estén en su entorno y en el cuidado y
mejora del ambiente próximo. (Dángelo & Medina de la Maza, 2000, pág. 59) Algunas escuelas
incorporan propuestas y acciones innovadoras e interesantes dentro de sus
proyectos educativos medioambientales. Por ejemplo, la escuela pública Margalló
de Castelldefels, cuenta con un aula viva en la que el alumnado tiene la
oportunidad de cuidar diferentes especies animales como caracoles, tortugas,
pájaros y pequeños roedores. Además observan y estudian las características y
dificultades de la fauna autóctona del macizo del Garraf ya que la población
forma parte de este espacio natural.En esta línea se encamina la concepción de la educación ambiental, ya
que implica una mirada global y holística que abarca no sólo cuestiones de
medioambiente, sino de cuidado del entorno más cercano y de nosotros mismos
como organismos que viven inmersos en un mundo natural y social. (Dángelo & Medina de la Maza, 2000, pág.
59)
No hay comentarios:
Publicar un comentario