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Blog elaborado por Olga Donaire
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jueves, 27 de octubre de 2016

8 Indicadores que pueden hacer sospechar que tu hijo/a está padeciendo bullying.

Existen muchas iniciativas que tienen como objetivo combatir el bullying en las aulas. La compañera Elvira Fernández recoge, muchas de ellas, en un artículo muy completo que puedes consultar aquí. También se han publicado libros y guías como esta que puedes descargar aquí. Pero la mayor parte de ellas están dirigidas a las escuelas. Por eso, he creído conveniente escribir un artículo dirigido especialmente a la familia, que dé herramientas para identificar desde el hogar, los indicadores de que posiblemente nuestro hijo o hija está padeciendo acoso escolar.

Visibilidad de la violencia en la escuela. (Piñuel & Oñate, 2006)
Muchas veces, con la mejor de las intenciones, intentamos tratar de eliminar estas actitudes de manera directa, sin entender que son manifestaciones indirectas de otro problema mayor. La psicología humana suele manifestarse de manera indirecta, por lo que si queremos abordar estos problemas, es importante identificar qué las produce y trabajar a partir de un diagnóstico correcto. Por eso he elaborado esta lista de actitudes que pueden hacernos sospechar que nuestro hijo/a está siendo víctima de una situación de bullying, para que una vez identificado en el hogar, tengamos la capacidad de poder actuar, pidiendo la colaboración del centro escolar y de otros profesionales (pediatras, educadores sociales, psicólogos, etc.)

En el caso de las agresiones físicas, es muy fácil el diagnostico; pero ese solo es la punta del iceberg, como podemos observar en la ilustración.

Comportamientos que pueden indicar que está siendo víctima de acoso psicológico.


-        La ley del silencio. Negación y sentimiento de culpa: la figura del chivato está mal vista en nuestra sociedad. Esta ley no escrita impera a todos los niveles y por supuesto también en la escuela. Por eso, muy pocas veces un niño o niña denunciará a sus compañeros; incluso negará haber sido amenazado, intimidado o agredido. Pongamos un ejemplo.
o   Un niño o niña que siempre pierde cosas o las rompe. Puede que no sea un problema de que es una persona despistada. Es posible que sean sus compañeros los que le rompen o roban las cosas. Pero  por vergüenza o por miedo, intentará cargar con las culpas. Así que debemos estar atentos a esto. Si se produce de forma continuada puede ser un indicador de acoso.

-        Somatización: si el/la niño/a presenta dolores continuos de cabeza o de barriga, y estos síntomas desaparecen como por arte de magia en vacaciones y los fines de semana, puede ser un indicador claro de que está sufriendo acoso. Es importante en este caso acudir al pediatra y/o al oculista en el caso de los dolores de cabeza, para descartar algún problema visual. Si además sufre  pesadillas, insomnio, estrés, nerviosismo; son indicadores tipificados consecuentes del acoso. Es importante ponerse en contacto con el pediatra ante estas situaciones.

-        Negarse a ir a la escuela: este punto esta íntimamente relacionado con el anterior. Responde a una conducta de evitación o huida del problema.

-        Aislamiento: en la infancia y la adolescencia las relaciones de amistad son muy importantes. En estas etapas se desarrolla el sentimiento de pertenencia al grupo. Esto les proporciona seguridad y felicidad. En las reuniones con el/la tutor/a pueden informarnos de que el niño o niña no se relaciona con sus compañeros, no juega con ellos en el patio y se aísla. Pero nosotros podemos detectar este problema, a través de un indicador clave como son las invitaciones a fiestas de cumpleaños, para saber si nuestro hijo/a está integrado en el grupo. Si detectas que nunca invitan a estas fiestas a tu hijo/a, puedes estar en la seguridad de que algo anda mal en su entorno social entre iguales.

-        Ideas o actos autolíticos: los actos o ideas autolíticas tiene que ver con las autolesiones. Este punto es muy importante, ya que puede desencadenar en ideas suicidas.  

-        Fobias o hipersensibilidad: miedo a estar solo/a, miedo a la oscuridad, miedo a salir a la calle, llantos desproporcionados, ataques de ansiedad. Todos estos comportamientos pueden indicar que estamos ante un caso grave de acoso escolar.

-        Rendimiento escolar: una bajada repentina e inexplicable en las calificaciones.

-        Actitudes agresivas: respuestas agresivas contra los hermanos, insultos o agresiones físicas. Es consecuencia de un comportamiento aprendido. Es un mecanismo de defensa, se comporta así porque en la escuela ha aprendido que para evitar ser víctima lo mejor es ser agresor.

Consecuencias a corto, medio y largo plazo

Las consecuencias de padecer este tipo de situación pueden ser:

-        Inseguridad: el sentimiento de culpa del que hemos hablado puede provocar una serie de inseguridades que se arrastrarán durante toda la vida. Esto, es un problema que tienen muchos adultos que les incapacita a la hora de encontrar trabajo, pareja y/o relacionarse socialmente.

-        Convertirse en agresor: como ya hemos comentado anteriormente, se puede desarrollar un mecanismo de defensa a raíz de un comportamiento aprendido que les impulsa a ser agresores para evitar ser víctimas. Esto puede llevar en la adultez a ser personas maltratadoras de sus parejas o de sus propios hijos.

-        Exclusión social: la estigmatización desde la infancia se puede traducir en un riesgo de exclusión social. Ya que como hemos comentado en el primer punto de este apartado, el hecho de no  ser capaces de encontrar trabajo es un problema grave. Por otra parte, la incapacidad para relacionarse socialmente puede llevar a una situación  de soledad, que puede resultar en una falta de apoyo social y a menor apoyo, mayor riesgo de exclusión.

-        Adicción: como resultado de todo lo anterior, estas personas pueden ser más propensas a caer en conductas adictivas de todo tipo; ludopatía, drogadicción, etc. Aumentando así el riesgo de exclusión social. Pero también provocando un riesgo para la salud física y mental.

-        Depresión: asimismo, como consecuencia del sufrimiento padecido por el bullying, se puede desarrollar cuadros depresivos que, como hemos comentado anteriormente, pueden resultar en conductas autolíticas llegando al suicidio.

Cómo actuar desde la familia

En el momento en que desde la familia se observan algunos o todos los indicadores que se han descrito en este artículo, es importante que pidamos ayuda. Para lo cual tendremos que ponernos en contacto con la escuela, el servicio local de pediatría y los servicios sociales. No basta con denunciarlo únicamente en la escuela, debes también acudir al resto de instituciones. Además existe multitud de ONG que pueden ayudarte. Así mismo, deberás participar en las reuniones del AMPA y colaborar en las acciones disciplinarias y educativas para los agresores.

Qué hacer si mi hijo/a es agresor u observador pasivo.

En el momento en el que detectamos que nuestro hijo/a participa en este tipo de agresiones físicas o psicológicas hacia un compañero o compañera. Ante todo debemos apoyar a la familia de la víctima y promover su protección. Además, será importante colaborar en las reuniones del AMPA y en las acciones disciplinarias y educativas de los agresores.

En el caso de las familias de observadores pasivos, es importante promover en ellos valores como la empatía y la solidaridad. De manera que se sientan responsables de la protección de su compañero y capaces de denunciar a los agresores.

Es importante esto porque la protección de los agresores únicamente agravará la situación, ya que si estos se sienten impunes, cada vez realizarán actos más graves; tal y como nos explica Trixia Valle, en el siguiente video.  Esta escritora es experta en bullying y se dedica a impartir conferencias sobre este tema.


domingo, 23 de octubre de 2016

El bullying en España. Investigación de la evolución del acoso escolar.

Este artículo sobre acoso escolar, es el resultado de una investigación bibliográfica que tiene como principal objetivo recoger toda la información fiable disponible para ponerla al alcance del público general. Esta investigación pretende responder a la siguiente pregunta. ¿Ha habido un aumento real de casos de acoso en las escuelas españolas en los últimos años? Esta pregunta surge de mi percepción personal sobre el tema, a partir de la creciente proliferación de noticias relacionadas con casos de bullying en los medios de comunicación. Pero si algo me enseñó la universidad fue que muchas veces, nuestra percepción personal, no siempre se corresponde con la realidad de los datos. Ya que, muchas veces, estamos influenciados por falsas creencias e informaciones intencionadamente manipuladas por los medios de comunicación. El drama vende, y muchas veces el amarillismo periodístico se impone en el imaginario social. Una de las noticias más repetidas, últimamente en los medios de comunicación, es el suicidio de adolescentes a causa del acoso escolar. Motivo por el cual me planteo la siguiente hipótesis: Si se ha aumentado los casos de bullying, también se ha aumentado la tasa de suicidio juvenil.   

Que es el bullying

En el año 2000 se elabora un informe sobre violencia escolar (Defensor del Pueblo, 2000); en el cual se hace un buen análisis de la situación pero no se puede extraer una tasa estatal de acoso.  En el año 2005 el Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo elaboró el primer informe sobre acoso escolar en España, del que puede extraerse una tasa estatal llamado Informe Cisneros VII. En él se define el acoso escolar como “un continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de someterlo, apocarlo asustarlo, amenazarlo y que atentan contra la dignidad del niño (Piñuel & Oñate, Informe Cisneros VII, 2005)

Ilustración 1. Concepto AVE (Acoso y Violencia Escolar) (Piñuel & Oñate, 2006)
Un año después se presenta el Estudio Cisneros X en el que se presenta el concepto AVE para referirse al bullying y se describe las diferentes formas en las que se produce el acoso escolar, de la manera en que se puede ver en la ilustración 1. A continuación en 2007 se elabora un nuevo informe sobre violencia escolar (Defensor del Pueblo, 2007) en el que se actualiza los datos expuestos en el informe del año 2000. Pero que nuevamente impide extraer una tasa estatal.


Análisis de la tasa total de acoso en España.

Una vez definido el tema, pasemos a mirar las estadísticas sobre acoso de los últimos años. A pesar de que existen muchísimos informes, artículos y páginas web dedicadas al acoso escolar, en el INE (Instituto Nacional de Estadística) no se ha realizado ningún estudio al respecto. Por tanto, no disponemos de datos estadísticos oficiales. Así que los datos más fiables que he encontrado y que pueden ser comparables son los del Estudio Cisneros X de 2006 y el estudio de Save the Children de 2016. En el primero, como puede verse en la ilustración 2, se estima un porcentaje del 23,3 de acoso total en España.

Ilustración 2. Tasa de acoso y violencia escolar por CCAA. (Piñuel & Oñate, 2006)
Hay que destacar que estos datos responden a una muestra de 24.990 alumnos y alumnas pertenecientes a colegios públicos y privados concertados de 14 Comunidades Autónomas. La amplitud de la muestra es representativa, pero no es una muestra real como la que podríamos obtener del INE si realizaran este mismo estudio.
Por otra parte, tenemos el estudio realizado por Save the Children publicado en el periódico El País en 2016, como podemos ver en la ilustración 3. En este estudio se estima un porcentaje de 9,3 de acoso total en España. Por lo que podemos concluir que en estos 10 años se ha reducido la tasa de acoso escolar en más de 10 puntos, según la tendencia de los datos de estos dos estudios.
Debemos ser conscientes de que estas estadísticas han sido realizadas por dos instituciones independientes y diferentes entre sí. Por lo que son representativos, aunque puede existir un margen de error. Así pues, podemos observar que en 2006 las CCAA que estaban por encima del promedio son Andalucía, País Vasco, Navarra, Asturias, Cantabria y Madrid. Mientras que en 2015 son Región de Murcia, Andalucía, Melilla e Islas Baleares. Es una lástima que el primer informe no se incluyan todas las Comunidades Autónomas, porque no podemos saber la evolución que ha habido en la Comunidad Valenciana, Baleares, La Rioja y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Lo que sí podemos observar es la evolución positiva de las Comunidades de Madrid, Cantabria, País Vasco y Navarra  que en 2006 se encontraban por encima de la tasa estatal mientras que en 2015 son las que menos porcentaje tienen. Por otra parte, Andalucía se encuentra por encima de la media estatal en ambos estudios, a pesar de que han reducido considerablemente la tasa de acoso que ha pasado de un 27,7% a un 12,2%. Finalmente la Región de Murcia que se encontraba por debajo de la media en 2006, en el último estudio se sitúa a la cabeza con un 13,8 % de tasa de acoso escolar. Aunque cabe decir, que también ha reducido la tasa ya que, en 2006 contaba con un 21,5%.
Ilustración 3. Víctimas de acoso según CCAA. (El País, 2016)

Análisis de la mortalidad por suicidio juvenil en España.

Observemos ahora la cantidad de suicidios que se han producido. Pues el Instituto Nacional de Estadística publica estos datos de manera anual desde 1980. Todavía no están disponibles los datos del año 2015 por lo que tendremos que observar la última publicación perteneciente al 2014.
Mientras que en el año 2006 el total de defunciones por suicidio juvenil fue de 374, en 2014 se produjeron para este mismo sesgo de población, un total de 319. De lo que se puede deducir que ha habido una ligera disminución. Por lo que, atendiendo a esta tendencia, podríamos confirmar la hipótesis de que existe una relación entre las variables de tasa de acoso escolar y cantidad de defunciones por suicidio juvenil.
Ahora bien, debemos ser conscientes de que existen otros factores de riesgo que influyen en la mortalidad juvenil por suicidio. Como indica el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo de la Comunidad Autónoma de Cataluña) en su informe anual de 2014 los trastornos mentales son uno de los principales factores de riesgo de suicidio en los países occidentales. (Síndic de Greuges, 2014) Por lo tanto, aunque a priori podemos observar una correlación entre nuestras variables, debemos ser conscientes que existen otras variables que influyen en la tasa de suicidios juvenil.
Por otra parte, cuando observamos las ilustraciones 4 y 5 podemos ver que las CCAA que presentan mayor mortandad por esta causa en el año 2014 son Andalucía, Cataluña y Comunidad de Madrid; mientras que en 2006 Andalucía lidera con gran diferencia al resto de CCAA. Es destacable, que estas tres regiones tienen unas tasas de acoso escolar cercanas a la media estatal y que en el caso andaluz, se encuentra por encima de la media en las tendencias de acoso tanto en 2006 como en 2015. Por lo que nuevamente podemos concluir cierta correspondencia con los datos. Pero como el propio Síndic denuncia, no existe ningún registro ni estudio completo que informe sobre el alcance real de las tentativas de suicidio en Cataluña entre la población adolescente que permita asociar los datos de mortalidad de suicidio existentes al análisis de la causa, de los factores de riesgo o de los desencadenantes. (Síndic de Greuges, 2014)
  
Ilustración 4. Estadística del INE de suicidios 2014.

Ilustración 5. Estadística del INE de suicidios 2006


Conclusiones.

Antes de iniciar esta investigación, estaba convencida de que encontraría gran cantidad de datos fiables y oficiales; debido a la importancia del tema que nos ocupa. Pero mi sorpresa fue la falta de ellos. Lo que si encontré fue multitud de artículos que hablan de cifras estadísticas sobre acoso escolar en los medios de comunicación generalistas. El denominador común de la mayoría de ellos es la ausencia de referencias a fuentes fiables, bien referenciadas y por tanto consultables; motivo por el cual, han sido descartados para esta investigación.
Así pues, la elaboración de este artículo ha resultado ser de una gran dificultad inesperada. Los motivos principales son: la falta de estadísticas oficiales en el INE sobre acoso escolar, la multitud de artículos sensacionalistas con información no fiable sobre el tema y la falta de estudios periódicos anuales por parte de las organizaciones independientes. En referencia a esta última dificultad los resultados de este estudio, solo pueden ofrecer una tendencia, mediante la comparación de dos estudios realizados en dos momentos concretos. Pero no podemos ver la evolución anual de los datos, que confirmen dicha tendencia.
Por otra parte, el mismo Instituto Nacional de Estadística ha hecho un excelente trabajo en referencia a los datos de mortandad juvenil a causa del suicido. Pero es necesario introducir una nueva variable en el seguimiento de este tipo de muerte. Como denuncia el Síndic, es importante para los investigadores educativos acceder no solo a la tipología de los medios utilizados para tal fin (que si son recogidos en los estudios estadísticos) sino la causalidad que lleva al suicidio. Es un dato mucho más revelador para que los profesionales educativos, psiquiátricos y psicológicos podamos diseñar actuaciones efectivas para combatir y prevenir este tipo de sucesos.
Por consiguiente, a pesar de que se han reducido las tasas de violencia escolar, es necesario seguir trabajando en esta misma línea, mejorando aún  más la actuación en prevención y tratamiento de la misma. Puesto que, todavía son tasas elevadas ya que 1 de cada 10 alumnos y alumnas de nuestros centros educativos son víctimas de este tipo de violencia. Lo que supone, la existencia de 5 casos por cada curso, en una escuela estándar de dos líneas con 50 alumnos por curso. Eso supone que en la etapa de ESO, con 4 niveles, exista un promedio estimado de 20 casos. Asimismo, me gustaría destacar que el Defensor del Pueblo en su informe de 2014 expone lo siguiente:
Medidas ante denuncias de situaciones de acoso escolar
En este ejercicio se han formulado un cierto número de quejas cuyos autores, padres de los alumnos afectados, han hecho referencia a situaciones de acoso padecidas por sus hijos en los centros docentes en los que están escolarizados, señalando que sus denuncias ante los órganos de gobierno del centro y ante la administración educativa no habían dado lugar, a su juicio, a actuaciones eficaces para poner fin a la situación, corregir las conductas en su caso sancionables y evitar la reproducción de episodios sucesivos.
(…)
La relativa frecuencia de quejas en la materia y la constatación posterior de que, en la mayoría de las ocasiones, la forma en que se abordan estas situaciones por los centros y la administración educativa es correcta, llevan a concluir que quizás sea insuficiente o inadecuada la participación que se da a los padres denunciantes, o la información que se les proporciona respecto del desarrollo del proceso de investigación, o en relación con la adopción de medidas que garanticen entre tanto la seguridad de sus hijos. Es posible que haya también que avanzar más en lo que respecta a la prevención de estos comportamientos.  (Defensor del Pueblo, 2015)

Bibliografía

Defensor del Pueblo. (2000). Violencia escolar: El maltrato entre iguales en la educación secundaria obligatoria. Madrid: Defensor del Pueblo.
Defensor del Pueblo. (2007). Violencia escolar: El maltrato entre iguales en la Educación Secundaria Obligatoria 1999 - 2006. Madrid: Defensor del Pueblo.
Defensor del Pueblo. (2015). Inofme anual 2014 y debates en las Cortes Generales / Defensor del Pueblo. Madrid: Cortes Generales.
El País. (18 de Febrero de 2016). Las cifras del acoso escolar en España. El País.
Piñuel, I., & Oñate, A. (2005). Informe Cisneros VII. Madrid: Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo.
Piñuel, I., & Oñate, A. (2006). Estudio Cisneros X. Violencia y acoso escolar en España. Madrid: Insituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo.
Síndic de Greuges. (2014). Informe sobre los derechos del niño. Barcelona: Síndic de Greuges de Catalunya.