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Blog elaborado por Olga Donaire

lunes, 15 de septiembre de 2025

Bosque Sumergido: aprender con un acuario

 


Tener un acuario en casa puede parecer solo un hobby estético o relajante. Pero en realidad, es también una herramienta educativa poderosa. Mi acuario, al que llamo Bosque Sumergido, me recuerda cada día que un ecosistema, por pequeño que sea, puede enseñarnos mucho sobre la vida, la paciencia y la responsabilidad.

“El aprendizaje no se limita a las aulas, sino que se extiende a todas las experiencias de la vida.” — John Dewey

Esta frase resume perfectamente lo que un acuario aporta a niños, adolescentes y adultos: una oportunidad de aprender desde la experiencia cotidiana.

1. Educación científica

Un acuario es un laboratorio vivo. Los niños y adolescentes pueden aprender conceptos de:

  • Biología → ciclos de vida de peces, caracoles y gambas.

  • Ecología → la importancia del equilibrio entre especies.

  • Química → parámetros del agua (pH, nitratos, nitritos).

  • Botánica → cómo crecen las plantas acuáticas y qué necesitan.

2. Responsabilidad y cuidado

Un acuario requiere rutinas: alimentar, limpiar, observar. Para los más jóvenes, es un ejercicio de responsabilidad y compromiso con seres vivos, aprendiendo que sus acciones (o la falta de ellas) tienen consecuencias reales.

3. Paciencia y observación

Los peces no crecen en un día ni las plantas tapan el sustrato de la noche a la mañana. Un acuario enseña a respetar los tiempos de la naturaleza, algo que en un mundo de inmediatez es cada vez más valioso. Como señalaba Alexis Carrel: “Nada desarrolla tanto la inteligencia como la observación.”

4. Creatividad y estética

Montar y decorar un acuario es también un ejercicio artístico. Diseñar paisajes, combinar rocas, raíces y plantas es un modo de expresar creatividad y, a la vez, desarrollar el sentido estético.

5. Bienestar emocional

Observar el movimiento del agua y de los peces tiene un efecto relajante. Para niños y adolescentes, puede ser una forma de gestionar el estrés, mejorar la concentración y encontrar momentos de calma en su día a día.

En conclusión

Un acuario no es solo un hobby: es un proyecto educativo transversal, que toca la ciencia, la responsabilidad, la paciencia, la creatividad y la gestión emocional.
En mi caso, Bosque Sumergido es mucho más que un rincón bonito de casa: es una obra viva que me recuerda a diario que aprender y cuidar son dos caras de la misma moneda.

 ¿Quieres ver Bosque Sumergido en acción?

Si este artículo te ha despertado la curiosidad, no te pierdas el vídeo de este viernes en mi canal de YouTube. Será un pequeño mini-documental donde te enseño mi acuario, su historia y todo lo que podemos aprender de él.

Referencias

  • Dewey, J. (1938). Experience and Education. New York: Macmillan.

  • Carrel, A. (1925). L’Homme, cet inconnu. Paris: Plon.

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