Reconozco abiertamente que soy consumidora de
contenidos de entretenimiento en la plataforma YouTube. Me parece una forma
alternativa de entretenimiento, y simplemente me divierte. Pues bien hace unos días
YouTube me recomendaba ver un video de Wismichu a pesar de que no soy
suscriptora de su canal. Y ayer, finalmente me decidí a verlo. Ya que me
aburría y hacía días que ese video rondaba por las recomendaciones. El video en
sí se llama “El psicólogo loco”. Hasta ahí todo correcto.
Al iniciar el video
descubrí que de quien trataba era sobre el psicólogo Rafael Santandreu. Del cual
he leído alguno de sus libros sobre psicología cognitiva. El tema en cuestión es
que dicho psicólogo había hecho una colaboración en un programa televisivo en
la 2. Y este chico decidió comentar la entrevista desde su absoluta ignorancia.
Y es que como dice el dicho popular “la
ignorancia es lo más atrevido que hay”.
Lógicamente este chico no
tiene ni idea de psicología. Pero se atreve a comentar sobre el tema. Sin entender
para nada el verdadero mensaje del psicólogo, este chico se dedica a
tergiversar, sacar de contexto sus frases y manipular completamente el
contenido.
Con el permiso de Rafael
quisiera compartir un extracto de su libro titulado Las gafas de la felicidad.
El indigente faltón:
-
Imagina que
ahora salimos de aquí para irnos a casa y cuando estamos en la calle, en la acera
de enfrente, vemos a un indigente alcohólico tirado en el suelo. Está en muy
malas condiciones: va sucio y sostiene un cartón de vino barato. Imagina que
cuando nos ve pasar por el otro lado de la calle, grita desde la distancia:
<< ¡Vosotros dos: maricones! ¡Sois unos pedazos de pijos
maricones!>>. ¿Tú qué crees que haremos nosotros?
-
Pues irnos al
metro y punto – me suelen contestar.
-
No nos
afectan las locuras de ese hombre, ¿verdad? – insisto.
-
No, no. Está claro.
-
Pues por esa
misma razón no tienen por qué afectarnos los insultos de nadie: se trata siempre
de <sus> locuras que, además, no tienen ningún sentido – aclaro.
-
¡Pero ese
ejemplo está muy claro! Es evidente para todo el mundo – suelen replicar.
-
No te creas. Yo
he conocido gente (chicos violentos sin educación) que me dicen que ellos le
callarían la boca al borracho porque ¡les ha insultado! Además, suelen argumentar que << si dejas que te pisen
una vez, te pisará siempre todo el mundo>>. Pero se equivocan: ¿Quién es
más maduro: nosotros o los jóvenes peleones?
-
Pues nosotros,
claro – responden.
-
Pues esa
misma madurez es la que tenemos que adquirir ante cualquier insulto. Proceda de
quien proceda: hermanos, compañeros de trabajo, amigos… porque cualquier
maltrato procede de la locura y como tal hay que tratarlo.
Y es que el tema de los
insultos, de los maltratos verbales, del respeto… no lo llevamos nada bien y
hay mucha confusión al respecto, incluso por parte de muchos psicólogos.
¿Cuántas veces no nos ha amargado el día, el insulto de alguna persona? Hay que
evitar que eso nos afecte tanto.
Ahora mismo puedo recordar
algunos de mis propios episodios de malestar por haber sido insultado: en una
cena donde un bocazas me ofendió con alguna tontería; alguien que se pasa de la
raya en las reuniones familiares; un compañero de trabajo especialmente
desagradable, etc.
Y también me doy cuenta de
que, en todas y cada una de esas ocasiones, me podía haber ahorrado el cabreo.
Las estrategias mentales
para conseguirlo son:
-
Comprender la
locura del otro.
-
Crear canales
de comunicación sencillos y fluidos para influir en los demás.
-
Y, a veces,
aprender a apartarse del loco con racionalidad.
(Santandreu, 2014)
(Santandreu, 2014)
A esto precisamente se
refiere el psicólogo cuando dice que hay que perdonar a las personas que nos
intentan ofender. Cuando Rafael, de manera muy provocadora, dice en su
intervención televisiva que incluso a Hitler hay que perdonarle. Se refiere a
esto, a que todo lo que aquel monstruo hizo, fue fruto de su locura. Y por lo
tanto no podemos juzgarlo desde la racionalidad de una mente sana como la
nuestra. Si no como lo que es, un simple loco. Que sí, que hizo mucho daño
porque otras muchas personas se dejaron influenciar y se contagiaron de su
locura. Protagonizando así, uno de los capítulos más oscuros y deleznables de
la historia humana.
El perdón pues, tal y
como lo presenta Rafael, es un mecanismo mental de defensa ante los ataques
externos. Que si bien no debemos olvidar y , obviamente, debemos aprender de
ellos. Tenemos que “perdonar” para que no nos afecte emocionalmente. Para que
no nos convirtamos en otro loco. En palabras llanas, para no ponernos a su
altura.
¡Mal Wismichu, mal! Si no
sabes, no hables sobre temas serios. Si tu canal es de humor, dedícate a ello,
pero, por favor, no hables de lo que no sabes. Más que nada porque haces el ridículo
pero sobre todo porque tienes un montón de seguidores, su mayoría adolescentes
influenciables, que van a creer a pies juntillas todo lo que digas. Y lo van a
hacer simplemente porque eres su ídolo. Así que lo quieras o no tienes una
responsabilidad social educativa. (Fíjate, exactamente igual que Hitler) Por lo
tanto, si vas a hablar sobre temas serios primero infórmate un poco. O mejor, dedícate
a tu humor y deja los temas serios para los que sí saben del tema.
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